domingo, 15 de noviembre de 2015

HÍGADO GRASO (ESTEATOSIS HEPÁTICA NO ALCOHÓLICA)


HÍGADO GRASO

 


 

 La enfermedad hepática grasa no alcohólica (EHGNA) es una enfermedad común del hígado. A menudo es “silenciosa”, es decir, no presenta síntomas. La EHGNA se parece a las enfermedades del hígado causadas por el consumo de alcohol, pero se presenta en personas que beben poco o nada de alcohol.


La característica principal de la EHGNA es grasa en el hígado con inflamación y daño. La mayoría de las personas que padece EHGNA se siente bien. No saben que tienen un problema en el hígado. La EHGNA puede ser grave y provocar una enfermedad llamada cirrosis. Con la cirrosis, el hígado queda dañado para siempre, forma cicatrices y deja de funcionar correctamente.


La EHGNA afecta entre el 2 y el 5 por ciento de las personas que viven en los Estados Unidos. Otro 10 a 20 por ciento de personas tiene grasa en el hígado sin presentar inflamación ni daño en el mismo. Esta afección médica se llama “hígado graso”. No es normal tener grasa en el hígado. Sin embargo, tener grasa en el hígado probablemente no cause mucho daño, ni daño permanente, por sí sola. Con un análisis de sangre, un ultrasonido (ecografía) del hígado o una prueba similar se puede observar la presencia de grasa. Si los resultados del análisis de sangre, el ultrasonido u otras pruebas demuestran la posibilidad de que haya grasa en el hígado, la enfermedad se llama “enfermedad de hígado graso no alcohólica” (nonalcoholic fatty liver disease, NAFLD por sus siglas).


 


 


 


La enfermedad hepática grasa no alcohólica


(EHGNA) se define como una entidad clínico-patológica


que engloba un amplio espectro de lesiones


en el hígado, que se producen en ausencia de un


consumo crónico de alcohol, en el que se incluyen


la esteatosis simple, la esteatosis asociada a cambios


necroinflamatorios con grados variables de


fibrosis denominada esteatohepatitis, y finalmente


la cirrosis. Actualmente se considera que la EHGNA


es el componente hepático del denominado


síndrome metabólico, que se puede definir como


la agrupación de diferentes factores de riesgo vascular


y metabólico como la obesidad visceral, la hiperglucemia


secundaria a resistencia a la insulina,


la dislipemia y la hipertensión arterial. Debido a la


creciente incidencia del síndrome metabólico en


los países desarrollados, la EHGNA está emergiendo


como una de las enfermedades hepáticas más


frecuentes en nuestro medio.


 


Epidemiología


Aunque la prevalencia de la EHGNA en la población


general no se conoce con exactitud, fundamentalmente


debido a que no se dispone de marcadores


diagnósticos no invasivos que sean sensibles y específicos


de esta enfermedad hepática, los datos


provenientes de estudios poblacionales estiman su


prevalencia entre un 20-30% de la población en los


países occidentales y un 15% en los países asiáticos.


La información disponible sobre la incidencia


de la EHGNA es escasa, aunque en un estudio longitudinal


prospectivo realizado en una población italiana se comprobó que la incidencia de hígado


graso era de 18,5 casos por 1.000 personas y año2.


Referente a la esteatohepatitis, los datos sobre la


prevalencia/incidencia son muy variables y de difícil


interpretación, ya que el diagnóstico de certeza


sólo se puede realizar por biopsia hepática, estimándose


su prevalencia en un 2-3% de la población general.


Numerosos estudios epidemiológicos han observado


que la prevalencia de la EHGNA, tanto de la


esteatosis simple como de la esteatohepatitis, aumenta


de manera directamente proporcional al


índice de masa corporal (IMC), con cifras del 15%


y del 3%, respectivamente, en personas no obesas;


del 65% y del 20%, respectivamente, en personas


obesas, y llegando hasta el 85% y el 40%, respectivamente,


en pacientes con obesidad mórbida


 


La incidencia de hígado


graso en población adulta en la Ciudad de


México es de 14%.


 Un hecho destacable es que esta estrecha asociación


epidemiológica aparece más con la obesidad visceral


o abdominal que con el IMC. La diabetes mellitus


tipo 2 es la segunda entidad que se asocia con


mayor frecuencia con la EHGNA, alcanzando cifras


de prevalencia de hasta el 70% en la población diabética1.


La dislipemia, fundamentalmente en forma


de hipertrigliceridemia o bajas concentraciones


séricas de colesterol HDL, es otra alteración metabólica


que se observa en la mayoría de los casos


de EHGNA. Un aspecto relevante es que, incluso en


ausencia de obesidad y de diabetes, los pacientes


con EHGNA tienen una elevada prevalencia/incidencia


de síndrome metabólico, hasta el punto que


algunos autores sugieren que la EHGNA no es una


consecuencia sino más bien un desencadenante


del mismo.


Algunos datos epidemiológicos indican que la prevalencia


de la EHGNA en los Estados Unidos es mayor


en la población hispana que en la caucásica y en


la afroamericana. Este hecho, unido a la observación


de que mutaciones puntuales (polimorfismos)


de determinados genes, como el de la adiponutrina7


o de la apolipoproteína C38, aumentan el riesgo


de EHGNA, sugieren que existen factores genéticos


que predisponen a padecer esta enfermedad hepática.


Tradicionalmente se ha considerado que la


EHGNA es más frecuente en mujeres, pero estudios


recientes indican que la esteatohepatitis concretamente


es más prevalente en hombres. Tanto la


prevalencia como la intensidad de la EHGNA aumentan


con la edad. Así, los casos de esteatohepatitis


con fibrosis avanzada y cirrosis son raros en


adultos jóvenes, mientras que son más frecuentes


entre la 6ª y 8ª décadas de la vida. No obstante, la


EHGNA no sólo afecta a los adultos sino también


a los niños. Distintos estudios epidemiológicos


han encontrado signos ecográficos y analíticos de


EHGNA en el 3% de la población pediátrica general,


llegando al 53% en los niños obesos.


El incremento en la incidencia de la obesidad es paralelo


al de sus comorbilidades, incluida la EHGNA.


Esta es actualmente la primera causa de enfermedad


hepática en niños y adolescentes en Estados Unidos


de América (EUA) y probablemente en el mundo


occidental. Un estudio de prevalencia en niños, realizado


en una serie de autopsias en EUA, mostró una


frecuencia de 9.6 % en individuos con peso normal y


de 38 % en obesos.


En México, Flores et al.3 determinaron la prevalencia


de EHGNA en 833 niños de una escuela primaria,


con edades entre 5.5 y 12 años, que tenían


sobrepeso y obesidad. Concluyeron que fue de 12.6 %


y los parámetros metabólicos estudiados fueron similares


en todo el grupo.


 



 El incremento que se está produciendo en la prevalencia de la


obesidad, diabetes mellitus tipo 2 y síndrome metabólico,


tanto en la población adulta como en la


infantil de los países desarrollados, hace prever un


notable incremento en la prevalencia de la EHGNA


en un futuro próximo.


 


 



 


Las causas que provocan EHGNA son múltiples, y se pueden


clasificar como primarias y secundarias. Las primarias, que


son las más importantes, se relacionan con los factores que


provocan aumento de la resistencia a la insulina, tales como


obesidad, diabetes y dislipemia. Las secundarias, menos frecuentes,


se deben principalmente a la ingesta de ciertos fármacos,


tóxicos, trastornos metabólicos y nutricionales y procedimientos


quirúrgicos  Es importante destacar


que los fármacos que se citan en la tabla son los que se relacionan


con la EHGNA y se deben diferenciar de otros fármacos,


utilizados frecuentemente, que pueden provocar otro


tipo de lesiones hepáticas, tales como el paracetamol, los


antituberculostáticos, las estatinas o las tiazolidindionas,


entre otros. En la práctica clínica, la mayoría de los pacientes


con EHGNA presentan obesidad, diabetes tipo 2 o dislipemia


como factor etiológico, y es frecuente la asociación de


varios de estos factores


La mayoría de los pacientes con EHGNA están asintomáticos y


habitualmente la sospecha de la enfermedad se basa en la presencia


de una elevación de las transaminasas, especialmente la


ALT, en el curso de un examen de salud por cualquier motivo o


bien ante la presencia de una hepatomegalia(aumento de tamaño del hígado) al explorar a un


paciente o a raíz de practicar una prueba de imagen, generalmente


una ecografía abdominal, solicitada por cualquier motivo


y que demuestra cambios sugestivos de esteatosis.



 


Una vez que tenemos la certeza de que se trata de una EHGNA realizaremos


un control y tratamiento de los factores asociados.


Actualmente no se dispone de un tratamiento específico para la


EHGNA, sino que éste consiste en tratar los factores etiológicos


causales, tales como la obesidad, la diabetes y la dislipemia. Sin


embargo, es muy importante aplicar una serie de medidas generales,


tales como evitar el consumo de alcohol, los fármacos


hepatotóxicos y la exposición a tóxicos ambientales causantes


de EHGNA


 


 


Historia natural

 


La evolución de la EHGNA va a depender del estadio


histológico de la enfermedad hepática.


 Diferentes estudios prospectivos han comprobado


que del 10 al 40% de los pacientes con esteatosis


simple progresarán a esteatohepatitis en un


período de 8-13 años. Alrededor del 15% de los pacientes


con esteatohepatitis y un estadio de fibrosis


menor o igual a 2 progresarán a cirrosis en un


período de tiempo similar, incrementándose hasta


el 25% en los casos de esteatohepatitis con estadio


fibrótico de 3. Un 7% de los pacientes con EHNA


en estadio cirrótico desarrollarán un hepatocarcinoma


en 10 años, y alrededor del 50% necesitarán


un trasplante hepático o morirán por complicaciones


de su enfermedad hepática.

 

Por lo tanto,


aunque tradicionalmente se ha considerado que


la EHGNA es una enfermedad hepática de pronóstico


benigno, en los últimos años se ha puesto de


manifiesto que los pacientes con EHGNA, y particularmente


aquellos con esteatohepatitis y fibrosis


significativa, tienen una tasa de supervivencia significativamente


más baja que la población general,


siendo las causas de muerte más frecuentes la enfermedad


cardiovascular y la enfermedad hepática


avanzada



 


¿En quiénes se debe sospechar


enfermedad por hígado graso


no alcohólica?




a) En pacientes con síndrome metabólico, que


se diagnóstica cuando se tienen tres o más


de los siguientes criterios: circunferencia


abdominal de 102 cm en hombres y de


88 cm en mujeres, niveles de triglicéridos


> 150 mg/dL, colesterol HDL < de 40 mg/


dL en hombres y < de 50 mg/dL en mujeres,


presencia de HTA con cifras mayores o


iguales a 130/85 mmHg, niveles de glucosa


> a 110 mg/dL),


b) En pacientes diabéticos tipo II, o bien en los


tipo I que requieren grandes cantidades de insulina.


c) Individuos obesos, en particular con distribución


de grasa central.


d) Pacientes con dislipidemia.


e) Mujeres con ovarios poliquísticos.2


f) Pacientes candidatos a cirugía bariátrica o


en aquellos ya sometidos a cirugía en quien


se empleo una técnica de inducción de malabsorción


elevada.


g) En enfermos con aminotransferasas elevadas,


lo que ahora se define como un nivel de ALT


> 30 UI/l en hombres y > 19 UI/l en mujeres.


3 Estas cifras deben estar elevadas en forma


persistente en un periodo de seis meses


sin una explicación obvia. El grupo recomienda


descartar enfermedades virales, ingesta de


alcohol en cantidad considerada hepatotóxica,


toxicidad por medicamentos, enfermedades


autoinmunes y enfermedad por depósito de


hierro, así como el uso de productos utilizados


enmedicina alternativa


 


Diagnóstico


La primera señal de que una persona quizá tenga EHGNA es un resultado alto en los análisis de sangre de rutina. Se sospecha de EHGNA cuando ocurra todo lo siguiente:


Los resultados de las pruebas de las enzimas del hígado son altos.


No hay una causa obvia de la enfermedad del hígado (como el uso de una medicina, la hepatitis viral o el abuso del alcohol).


 


Las radiografías, ultrasonidos o pruebas similares demuestran la presencia de grasa en el hígado.


Una biopsia del hígado es la única forma de diagnosticar EHGNA



 


La biopsia también puede indicar si se han formado cicatrices en el hígado (fibrosis). Esto es importante, ya que ni los análisis de sangre ni los ultrasonidos o pruebas similares pueden proporcionar con certeza esta información



 


 


 


Tratamiento


Actualmente no hay un tratamiento específico para la EHGNA. Las recomendaciones más importantes para las personas que padecen esta enfermedad son


bajar de peso (si son obesas o tienen sobrepeso)


consumir una dieta balanceada y saludable


aumentar la actividad física


evitar el consumo de alcohol


evitar el consumo de medicinas innecesarias


 


Seguir estas recomendaciones puede marcar la diferencia. También son útiles para otras afecciones médicas, como enfermedades del corazón, diabetes y colesterol alto


 


Tratamiento


Medidas generales


La EHGNA es, en la mayoría de los casos, una manifestación


de la obesidad y el síndrome metabólico,


por lo que la primera medida terapéutica debe ir


dirigida a mejorar las enfermedades asociadas,


como la obesidad y la diabetes, y corregir las alteraciones


que caracterizan al síndrome metabólico y


que contribuyen a la patogenia de la EHNA, como


la resistencia a la insulina. La principal recomendación


a los pacientes con EHNA que sean obesos o


con sobrepeso es la adopción de hábitos de vida


más saludables, consistentes en disminuir la ingesta


calórica y aumentar el ejercicio físico, con objeto


 


de conseguir una pérdida de peso gradual y progresiva


al tiempo que sostenible. Lo ideal es que estos


pacientes pierdan entre el 7% y el 10% de su peso


en un período de entre 6 y 12 meses, como consecuencia


de una dieta con un bajo contenido en


glucosa y fructosa así como de grasas saturadas, y


un ejercicio aeróbico moderado y regular (un mínimo


de 5 sesiones semanales de 45 minutos de


duración)26. Se deben evitar los períodos de ayuno


prolongado y las pérdidas de peso rápidas mediante


dietas muy estrictas ya que en esta situación


se produce una movilización de ácidos grasos del


tejido adiposo al hígado, el cual también se ve privado


de un aporte correcto de proteínas y de otros


nutrientes esenciales. Todo ello agrava la esteatosis


y empeora las lesiones histológicas preexistentes.


Aunque en los ensayos clínicos iniciales el orlistat,


un inhibidor de la lipasa gástrica y pancreática,


mostró cierta eficacia mejorando el grado de esteatosis


y la actividad histológica de la EHNA, un


posterior estudio clínico controlado con placebo


no ha demostrado superioridad de este fármaco.


Actualmente se están llevando a cabo ensayos clínicos


multicéntricos y aleatorizados con el fin de


determinar la eficacia y seguridad del orlistat y de


otros fármacos que promueven la pérdida de peso,


como el rimonabant, en el tratamiento de la EHNA


asociada a la obesidad.


Tratamiento específico

 


Se han ensayado múltiples fármacos en los pacientes


con EHNA, algunos de los cuales han mostrado


ser potencialmente útiles (tabla 4). En la actualidad,


los fármacos más prometedores son los que


mejoran la resistencia a la insulina, como la metformina


y las tiazolidindionas o glitazonas, y los antioxidantes,


fundamentalmente la vitamina E.


Aunque no se conoce bien el mecanismo de acción


de la metformina, su efecto farmacológico se debe


a que mejora la sensibilidad a la insulina en el tejido


adiposo y muscular. Se han realizado numerosos


estudios clínicos que han evaluado la eficacia


de la metformina en el tratamiento de la EHNA,


básicamente en pacientes no diabéticos, obteniendo


resultados contradictorios; pero en un reciente


metaanálisis se ha comprobado que la metformina


mejora la bioquímica hepática y el grado de esteatosis


sin mostrar efectos significativos sobre la


inflamación y la fibrosis hepática. Estos resultados,


no obstante, no permiten extraer conclusiones definitivas,


ya que el número de pacientes tratados


con metfotmina en estudios clínicos controlados es


bajo, por lo que aún se debe seguir investigando


el posible efecto beneficioso de este fármaco, que


tiene un buen perfil de seguridad, en el tratamiento


de la EHNA.


Las glitazonas actúan a través de la activación de


una proteína nuclear denominada PPAR-gamma,


que incrementa la utilización periférica de la glucosa.


En los pacientes con EHNA se han ensayado


fundamentalmente dos fármacos: la rosiglitazona y


la pioglitazona. Un reciente metaanálisis31 concluye


que el tratamiento de la EHNA con glitazonas conlleva


una mejoría histológica y bioquímica significativa,


especialmente en pacientes no diabéticos.


 


Finalmente, el trasplante hepático es una opción


terapéutica que debe considerarse en los pacientes


con EHNA en fase de cirrosis avanzada. Los resultados


del trasplante hepático en estos pacientes son


buenos, aunque a medio plazo pueden reaparecer


en el injerto las lesiones histológicas características


de la EHNA



 


 


 


Fuente:


1.Gastroenterología y Hepatología Problemas Comunes en la Práctica Clínica 2ª Edición 2012. Editores:

MIGUEL A. MONTORO  JUAN CARLOS GARCÍA PAGÁN

 


2.Guías clínicas de diagnóstico y tratamiento de hepatopatía grasa no alcohólica Rev Gastroenterol Mex, Vol. 73, Núm.  2, 2008 Bosques-Padilla F et al.


 


3. Esteatosis Hepática no alcohólica AMF 2009;5(4):227-231


 


4.Enfermedad por hígado graso no alcohólico en pediatría María del Carmen Bojórquez-Ramosa Rev Med Inst Mex Seguro Soc. 2014;52(Supl 1):S110-S114


 


 5.Esteatohepatitis no alcohólica  National Digestive Diseases Information Clearinghouse


 National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases NATIONAL INSTITUTES OF HEALTH


 U.S. Department of Health and Human Services


6.Hígado graso y esteatohepatitis no alcohólica Raúl Carrillo Esper,Jimena Muciño Bermejo Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM Vol. 54, N.o 3. Mayo-Junio 2011 Raúl Carrillo Espera, Jimena Muciño Bermejo