martes, 12 de mayo de 2015

Como elegir sabiamente tests o procedimientos médicos


EDITORIAL  semFYC

Sociedad Española de Medicina familiar y Comunitaria

Aten Primaria. 2015;47(4):191---192

No hacer

Durante la última década el interés de las administraciones

sanitarias, sociedades científicas e investigadores ha estado

orientado hacia el desarrollo de la medicina basada en la

evidencia, en la promoción de la cultura de seguridad del

paciente y hacia la toma de decisiones compartida con una

atención centrada en el paciente. No ha sido hasta estos últimos

años cuando empieza a ponerse el foco en la evaluación

de la indicación de test y pruebas diagnóstico-terapéuticos,

en clara relación con la crisis económica y el gasto sanitario.

A modo de ejemplo, se estima que hasta un tercio del

gasto sanitario en EE. UU. resulta del uso excesivo o mal

uso de los procedimientos diagnósticos y terapéuticos, y en

concreto para el año 2011 se calcula que supuso entre 158

y 226 billones de dólares.

 

En el año 2010 la American Board Internal Medicine pone

en marcha un proyecto denominado «Choosing wisely» que

pretende facilitar un punto de encuentro entre profesionales

y pacientes para tomar decisiones compartidas acerca de

los cuidados más apropiados teniendo en cuenta su situación

concreta individual. Simultáneamente Brody1 pensando no

solo en el gasto sanitario o en la ineficiencia, sino también

en la protección del paciente propone que las sociedades

Científicas elaboren listados de aquellos procedimientos o

pruebas que no aportan valor, son innecesarios o incluso pueden

ser perjudiciales. Se origina así una colección llamada

«Menos es más» que se publica en Archives of Internal Medicine,

donde las sociedades científicas deben proponer las

5 principales recomendaciones de «no hacer». La primera

lista la presentan las Sociedades de Medicina de Familia,

Medicina Interna y Pediatría2. En la actualidad han publicado

sus recomendaciones más de 70 sociedades científicas,

y en medicina de familia en febrero de 2014 ya se habían

incorporado más de 90 recomendaciones.

 

 

¿Cuál es la situación en Europa?

El National Institute for Health and Care Excellence (NICE)

viene incluyendo en sus guías, desde el año 2007, recomendaciones

«Do not do» («no hacer») basadas en no realizar

aquellas intervenciones cuya relación beneficio/riesgo no

está clara o para las que no se dispone de evidencia para

aconsejar su uso continuado. En un informe publicado en

noviembre de 2014 la Academy of Medical Royal Colleges

sostiene que los médicos tienen la obligación ética de reducir

o evitar el despilfarro en el sistema nacional de salud.

Para ello considera que las recomendaciones «no hacer» son

un excelente recurso y sugiere que su aplicación, junto con

otras medidas que reduzcan el uso de pruebas innecesarios

y prescripciones inadecuadas, puede suponer un ahorro de

más de 2.000 millones de libras.

 

Existen iniciativas similares en otros países de Europa.

En Holanda es «Choosing wisely»; en Gales «Prudent

healthcare»; en Italia, «Slow medicine», «hacer más no significa

hacerlo mejor». En España, el Ministerio de Sanidad,

Servicios Sociales e Igualdad a propuesta de la Sociedad

Española de Medicina Interna puso en marcha en abril de

2013 el proyecto de Compromiso por la Calidad de las

Sociedades Científicas para acordar recomendaciones de

«no hacer» basadas en la evidencia científica. Hasta la

actualidad se han adherido a este proyecto 48 sociedades

científicas y 22 de ellas han publicado sus recomendaciones.

La semFYC participó junto con la Sociedad Española

de Médicos de Atención Primaria (Semergen) y la Sociedad

Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

Sin embargo en semFYC decidimos avanzar y profundizar

más en el proyecto de recomendaciones de «no hacer».

De forma muy participativa, abierta a todos los socios y con

representantes de grupos de trabajo de la Sociedad se elaboraron

15 recomendaciones de «no hacer» sobre situaciones

muy frecuentes en la práctica clínica del médico de familia

tanto en atención primaria como en urgencias. Se publicaron

en junio del 20143.

 

 

Próximos pasos

Por un lado, estamos en un proceso dinámico por lo que es

indispensable seguir trabajando en la elaboración, con criterios

científicos, de nuevas recomendaciones de «no hacer».

En este sentido, en junio de 2015, en el 35 Congreso de

el semFYC, se publicarán las segundas recomendaciones de

«no hacer» en medicina de familia.

Y, por otro, se hace necesario analizar cómo aplicar estas

recomendaciones y evaluar su impacto en la práctica clínica

diaria

Recientemente la American Board Internal Medicine realizó

una encuesta para conocer la opinión de los médicos

americanos sobre las pruebas innecesarios en el sistema de

salud, si lo consideraban o no un problema grave y qué

soluciones proponían. Encuestaron telefónicamente a 600

médicos de diferentes especialidades tanto del ámbito de

atención primaria como hospitalaria. Tres de cada 4 médicos

encuestados afirmaron que se trata de un problema serio

o muy serio. El 72% de los médicos reconocían haber indicado

un test o un prueba innecesaria la última semana y que casi

la mitad de los pacientes (47%) les solicitan pruebas innecesarias,

y además, parece que esta demanda es mayor en

las consultas de los médicos de familia (40%) que en otras

especialidades (24%). Entre las causas se incluía el miedo a

las demandas de mala práctica (52%), la inseguridad (36%),

la insistencia del paciente (28%), y otras, como la falta de

tiempo (13%) o el sistema de pago por servicio(5%)4.

 

No disponemos de esta información en nuestro país.

Necesitamos que las administraciones sanitarias promuevan

y faciliten la investigación en la práctica clínica diaria del

médico de familia, que los sistemas de información no estén

orientados únicamente a la toma de decisiones administrativas

sino que faciliten información útil para el clínico y para

los pacientes, es preciso dar tiempo a los médicos de familia

para que compartan con los pacientes aquellas decisiones

que mejor se adapten a su situación individual, y se hace

necesario también cambiar la cultura social, romper como

dice Brody1, el mito de «algo de atención médica es bueno,

mucha atención es mejor». Sin duda, hay mucho que hacer.

Probablemente «no hacer» sea una expresión más contundente,

más llamativa pero hemos de decir que preferimos los

términos de «elegir sabiamente» o «elegir prudentemente»

pues creemos que deja un espacio al acuerdo y a la singularidad

del encuentro entre el médico y el paciente

 

 

 

Bibliografía

1. Brody H. Medicine’s ethical responsibility for health care reform:

The Top Five list. N Engl J Med. 2010;362:283---5.

 

2. Good Stewardship Working Group. The «top 5» lists in primary

care: Meeting the responsibility of professionalism. Arch Intern

Med. 2011;171:1385---90.

 

3. Recomendaciones NO HACER. semFYC ediciones. Barcelona:

Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria; 2014.

 

4. Unnecessary test and procedures in the Health care System

[consultado Feb 2015]. Disponible en: http://www.

choosingwisely.org/wp-content/uploads/2014/04/042814 Final-

Choosing-Wisely-Survey-Report.pdf
Extracto del estudio "Unnecessary test and procedures in the Health care System"2014
 
 



 

 

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