El cannabis
legalizado y el cerebro: NIDA alerta
Pam Harrison
25 de
marzo de 2016
Investigadores del National Institute
on Drug Abuse (NIDA) están alertando en torno a un posible aumento de los
perjuicios cognitivos y conductuales desconocidos que puede desenmascarar la
utilización generalizada de cannabis.
Un análisis clínico
realizado por la directora de NIDA, Dra. Nora Volkow, señala que a medida
que se generaliza la legalización de la droga para uso recreativo y médico,
poblaciones vulnerables, sobre todo adolescentes, están expuestas a los efectos
tóxicos de la droga.
"Este no es un problema
específico de la marihuana", dijo la Dra. Volkow a Medscape Medical
News. "Los cerebros y las drogas no se debieran mezclar".
Este estudio fue publicado en el número de marzo de JAMA
Psychiatry.
Factores alteradores potentes
La Dra. Volkow explicó que los
cerebros jóvenes pasan por un periodo prolongado de "programación del
cerebro", en el cual todo lo que hace un adolescente o a lo que está
expuesto puede afectar a la estructura final y la conectividad de la red del
cerebro.
"Las drogas son potentes
factores alteradores de la programación del cerebro en virtud de que pueden
interferir directamente en el proceso de poda neural y conectividad
interregional del cerebro", dijo.
A corto plazo, dijo, esta clase
de interferencia puede afectar negativamente al desempeño académico. Sin
embargo, la utilización a largo plazo puede afectar a la adaptabilidad
conductual, la salud mental y las trayectorias en la vida.
En la actualidad, en cuatro
estados de la Unión Americana ―Colorado, Washington, Oregon y Alaska― así
como el Distrito de Columbia, se ha legalizado el cannabis para uso recreativo
en adultos. Otros 23 estados, además del Distrito de Columbia, también regulan
la utilización de cannabis para fines médicos.
Como resultado de esta tendencia
creciente a la legalización de la marihuana, la Dra. Volkow y sus colaboradores
consideraron que se necesitaba urgentemente un estudio más enfocado y detallado
de su utilización y consecuencias.
Disfunción neuropsicológica
"La evidencia emergente
señala que los adolescentes pueden ser muy vulnerables a los efectos adversos
de la utilización de cannabis", señalan los investigadores.
En varios estudios, por ejemplo,
han demostrado que los individuos que utilizan cannabis a una edad más temprana
tienen más alteración neuropsicológica y que la utilización persistente de
cannabis a partir de la adolescencia se relacionó con una disminución
neuropsicológica entre los 13 a los 38 años de edad. Esto no resultó ser el
caso cuando se utilizó inicialmente cannabis en la edad adulta.
Asimismo, hay "evidencia
relativamente clara" de las alteraciones estructurales en una serie de
regiones del cerebro relacionadas con la exposición al cannabis, aunque alguna
evidencia parece indicar que el consumo concomitante de alcohol puede explicar
algunas de las alteraciones estructurales atribuidas únicamente a la
utilización de cannabis.
Los estudios de resonancia
magnética funcional también han apuntado a cambios en la actividad neural en
los consumidores de cannabis, entre ellos, un procesamiento ineficiente durante
la tarea de memoria operativa.
Las diferencias en el desempeño
en las pruebas neuropsicológicas lo mismo que en las estructuras y funciones
del cerebro en usuarios de cannabis en comparación con no usuarios bien pueden
haber ocurrido antes que los usuarios comenzaran a consumir la droga, señalan
los investigadores.
La evidencia que indica
alteraciones en la estructura y la función del cerebro en consumidores de
cannabis es incongruente, y ambos campos evidentemente necesitan más
investigación.
"Se dispone de evidencia
preclínica y clínica que respalda el punto de vista de que la utilización de
cannabis conlleva un estado de 'falta de motivación'", dijo la Dra.
Volkow. El término "síndrome de falta de motivación por cannabis" se
distingue por apatía y dificultad para concentrarse.
También señala que a largo plazo,
el uso intenso de cannabis se ha relacionado con una deficiencia de logros en
el ámbito educativo.
Por otra parte, añade, también es
probable que la disminución de la motivación pueda alterar también el
aprendizaje, ya que se ha demostrado que el tetrahidrocanabinol (THC), el
componente activo del cannabis, altera el aprendizaje basado en recompensas.
"La falta de motivación en
las personas con consumo intenso y crónico también puede reflejar el hecho de
que el propio cannabis se ha convertido en un motivador importante",
señala la Dra. Volkow, "de manera que otras actividades (por ejemplo, las
tareas escolares) quedan relegadas en la jerarquía de recompensas del
individuo".
Lo que ahora es necesario
establecer es si las mayores concentraciones de THC podrían aumentar el riesgo
de que se presente amotivación o incluso más probablemente adicción, añaden los
investigadores.
Cannabis y psicosis
También hay una controversia
persistente en relación a si el cannabis puede desencadenar trastornos
psiquiátricos, notablemente, trastornos psicóticos y esquizofrenia.
"Se reconoce que el cannabis
con alto contenido de THC puede desencadenar un episodio psicótico agudo",
señala la Dra. Volkow.
Sin embargo, advierte que todavía
se está debatiendo el grado en el cual el cannabis puede ocasionar
esquizofrenia, si bien el consenso es que el consumo de cannabis en quienes
tienen riesgo de esquizofrenia puede desencadenar la enfermedad y exacerbar su
evolución.
A dosis muy altas, se sabe que el
THC desencadena síntomas esquizofrénicos positivos y negativos.
Los estudios también han demostrado
una y otra vez una relación entre el empleo de cannabis y la esquizofrenia en
casos en los cuales la utilización de cannabis antecede a la psicosis.
"La relación entre la
utilización de cannabis y la psicosis crónica (incluido un diagnóstico de
esquizofrenia) es más sólida en los individuos que han tenido uso intenso o
frecuente de cannabis durante la adolescencia, utilización más temprana o el
empleo de cannabis con una alta potencia de THC", observan la Dra. Volkow
y sus colaboradores.
"Con base en estos estudios,
se estima que el uso continuo de cannabis incrementa el riesgo de esquizofrenia
aproximadamente dos tantos y contribuye con 8%-14% a los casos, de tal manera
que la utilización frecuente o el consumo de cannabis con alta potencia de THC
aumenta seis tantos el riesgo de esquizofrenia ".
La Dra. Volkow advierte que
persiste una controversia legítima con respecto a qué tanto uso de cannabis
contribuye a la psicosis y el grado en el cual el cannabis puede desencadenar
psicosis en pacientes que no tienen predisposición genética a la enfermedad.
Preguntas clave
Se necesita investigar una serie
adecuada de preguntas clave antes que surja una imagen más clara de los
posibles perjuicios del consumo de cannabis.
La primera es, ¿qué tanto uso de
cannabis es demasiado? La Dra. Volkow señala que no está claro si los efectos
del cannabis en personas con consumo intenso se aplican igualmente a quienes
consumen cannabis de manera mucho más casual.
La segunda es, ¿a qué edad es más
perjudicial el consumo de cannabis?
Está relativamente claro que el
cannabis tiene efectos negativos en usuarios adolescentes, señalan los
investigadores, pero también puede tener efectos negativos en adultos mayores
que experimentan cambios en la plasticidad del cerebro y disfunción cognitiva
relacionada con la edad, los cuales podrían volverlos más susceptibles a los
efectos tóxicos de la droga.
"Los médicos están en una
posición clave para ayudar a evitar el trastorno por consumo de cannabis",
dijo la Dra. Volkow. "Esto exigirá que evalúen el consumo de cannabis por
adolescentes y adultos jóvenes y que intervengan para evitar su consumo
adicional", añadió.
En los casos en los cuales el
adolescente o la persona joven ya sufre el trastorno, los médicos deben adaptar
sus intervenciones tomando en cuenta la gravedad del trastorno y la
presentación de alteraciones concomitantes, como ansiedad o depresión.
"La ciencia nos ha
demostrado que la marihuana no es una droga benigna. La morbilidad y la
mortalidad inherentes a las drogas legales son mucho mayores que las de las
drogas ilegales, no porque las drogas sean más peligrosas, sino porque su
estado legal las vuelve más accesibles y un mayor porcentaje de la población
está expuesta a ellas con regularidad", dijo.
"El movimiento de 'normalización'
actual ejerce presión y hace caso omiso de la evidencia de las consecuencias
negativas de la marihuana para la salud, y este perjuicio posiblemente minará
nuestros esfuerzos de prevención al disminuir la percepción del daño y al
incrementar el consumo en personas jóvenes, que es la población más vulnerable
a los efectos nocivos del consumo habitual de marihuana".
Factor que contribuye a las
enfermedades mentales
En sus comentarios a Medscape
Medical News sobre el artículo, el Dr. Oliver Howes, PhD, Instituto de
Psiquiatría, King's College London, Reino Unido, dijo que aprueba la postura de
NIDA sobre el empleo del cannabis.
"Estoy de acuerdo en que
existen problemas potenciales en torno al empleo de cannabis, sobre todo si se
comienza a una edad temprana en la adolescencia", dijo el Dr. Howes.
"El consumo temprano al
parecer es lo que incrementa el riesgo de psicosis en concreto, pero también
parece asociarse a más efectos intensos en general, y ciertamente hemos visto
los efectos del consumo temprano de cannabis a largo plazo sobre los sistemas
de dopamina del cerebro, que están vinculados a los efectos sobre la
motivación, o más bien la falta de motivación, que se suele observar en los
individuos con consumo intenso de cannabis", añadió.
El Dr. Howes también comparte el
punto de vista de NIDA de que hay mucho que se desconoce en torno a los efectos
a largo plazo de la utilización de cannabis, sobre todo su consumo intenso.
También señaló que "como
médico, suelo atender a adultos jóvenes que comenzaron a utilizar cannabis a
los 12, 13 y 14 años de edad y que han acudido a mi consulta a una edad adulta
temprana con problemas de salud mental.
"Y efectivamente, creo que
el consumo temprano de cannabis contribuye a los problemas de salud mental que
vemos más adelante".
Los autores y el Dr. Howes han
declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
Referencias
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