lunes, 28 de marzo de 2016

El cannabis legalizado y el cerebro: NIDA alerta



 

El cannabis legalizado y el cerebro: NIDA alerta

 
Pam Harrison
25 de marzo de 2016

Investigadores del National Institute on Drug Abuse (NIDA) están alertando en torno a un posible aumento de los perjuicios cognitivos y conductuales desconocidos que puede desenmascarar la utilización generalizada de cannabis.

Un análisis clínico realizado  por la directora de NIDA, Dra. Nora Volkow, señala que a medida que se generaliza la legalización de la droga para uso recreativo y médico, poblaciones vulnerables, sobre todo adolescentes, están expuestas a los efectos tóxicos de la droga.

"Este no es un problema específico de la marihuana", dijo la Dra. Volkow a Medscape Medical News. "Los cerebros y las drogas no se debieran mezclar".

Este estudio fue publicado en el número de marzo de JAMA Psychiatry.

Factores alteradores potentes

La Dra. Volkow explicó que los cerebros jóvenes pasan por un periodo prolongado de "programación del cerebro", en el cual todo lo que hace un adolescente o a lo que está expuesto puede afectar a la estructura final y la conectividad de la red del cerebro.

"Las drogas son potentes factores alteradores de la programación del cerebro en virtud de que pueden interferir directamente en el proceso de poda neural y conectividad interregional del cerebro", dijo.

A corto plazo, dijo, esta clase de interferencia puede afectar negativamente al desempeño académico. Sin embargo, la utilización a largo plazo puede afectar a la adaptabilidad conductual, la salud mental y las trayectorias en la vida.

En la actualidad, en cuatro estados de la Unión Americana ―Colorado, Washington, Oregon y Alaska―  así como el Distrito de Columbia, se ha legalizado el cannabis para uso recreativo en adultos. Otros 23 estados, además del Distrito de Columbia, también regulan la utilización de cannabis para fines médicos.

Como resultado de esta tendencia creciente a la legalización de la marihuana, la Dra. Volkow y sus colaboradores consideraron que se necesitaba urgentemente un estudio más enfocado y detallado de su utilización y consecuencias.

Disfunción neuropsicológica

"La evidencia emergente señala que los adolescentes pueden ser muy vulnerables a los efectos adversos de la utilización de cannabis", señalan los investigadores.

En varios estudios, por ejemplo, han demostrado que los individuos que utilizan cannabis a una edad más temprana tienen más alteración neuropsicológica y que la utilización persistente de cannabis a partir de la adolescencia se relacionó con una disminución neuropsicológica entre los 13 a los 38 años de edad. Esto no resultó ser el caso cuando se utilizó inicialmente cannabis en la edad adulta.

Asimismo, hay "evidencia relativamente clara" de las alteraciones estructurales en una serie de regiones del cerebro relacionadas con la exposición al cannabis, aunque alguna evidencia parece indicar que el consumo concomitante de alcohol puede explicar algunas de las alteraciones estructurales atribuidas únicamente a la utilización de cannabis.

Los estudios de resonancia magnética funcional también han apuntado a cambios en la actividad neural en los consumidores de cannabis, entre ellos, un procesamiento ineficiente durante la tarea de memoria operativa.

Las diferencias en el desempeño en las pruebas neuropsicológicas lo mismo que en las estructuras y funciones del cerebro en usuarios de cannabis en comparación con no usuarios bien pueden haber ocurrido antes que los usuarios comenzaran a consumir la droga, señalan los investigadores.

La evidencia que indica alteraciones en la estructura y la función del cerebro en consumidores de cannabis es incongruente, y ambos campos evidentemente necesitan más investigación.

"Se dispone de evidencia preclínica y clínica que respalda el punto de vista de que la utilización de cannabis conlleva un estado de 'falta de motivación'", dijo la Dra. Volkow. El término "síndrome de falta de motivación por cannabis" se distingue por apatía y dificultad para concentrarse.

También señala que a largo plazo, el uso intenso de cannabis se ha relacionado con una deficiencia de logros en el ámbito educativo.

Por otra parte, añade, también es probable que la disminución de la motivación pueda alterar también el aprendizaje, ya que se ha demostrado que el tetrahidrocanabinol (THC), el componente activo del cannabis, altera el aprendizaje basado en recompensas.

"La falta de motivación en las personas con consumo intenso y crónico también puede reflejar el hecho de que el propio cannabis se ha convertido en un motivador importante", señala la Dra. Volkow, "de manera que otras actividades (por ejemplo, las tareas escolares) quedan relegadas en la jerarquía de recompensas del individuo".

Lo que ahora es necesario establecer es si las mayores concentraciones de THC podrían aumentar el riesgo de que se presente amotivación o incluso más probablemente adicción, añaden los investigadores.

Cannabis y psicosis

También hay una controversia persistente en relación a si el cannabis puede desencadenar trastornos psiquiátricos, notablemente, trastornos psicóticos y esquizofrenia.

"Se reconoce que el cannabis con alto contenido de THC puede desencadenar un episodio psicótico agudo", señala la Dra. Volkow.

Sin embargo, advierte que todavía se está debatiendo el grado en el cual el cannabis puede ocasionar esquizofrenia, si bien el consenso es que el consumo de cannabis en quienes tienen riesgo de esquizofrenia puede desencadenar la enfermedad y exacerbar su evolución.

A dosis muy altas, se sabe que el THC desencadena síntomas esquizofrénicos positivos y negativos.

Los estudios también han demostrado una y otra vez una relación entre el empleo de cannabis y la esquizofrenia en casos en los cuales la utilización de cannabis antecede a la psicosis.

"La relación entre la utilización de cannabis y la psicosis crónica (incluido un diagnóstico de esquizofrenia) es más sólida en los individuos que han tenido uso intenso o frecuente de cannabis durante la adolescencia, utilización más temprana o el empleo de cannabis con una alta potencia de THC", observan la Dra. Volkow y sus colaboradores.

"Con base en estos estudios, se estima que el uso continuo de cannabis incrementa el riesgo de esquizofrenia aproximadamente dos tantos y contribuye con 8%-14% a los casos, de tal manera que la utilización frecuente o el consumo de cannabis con alta potencia de THC aumenta seis tantos el riesgo de esquizofrenia ".

La Dra. Volkow advierte que persiste una controversia legítima con respecto a qué tanto uso de cannabis contribuye a la psicosis y el grado en el cual el cannabis puede desencadenar psicosis en pacientes que no tienen predisposición genética a la enfermedad.

Preguntas clave

Se necesita investigar una serie adecuada de preguntas clave antes que surja una imagen más clara de los posibles perjuicios del consumo de cannabis.

La primera es, ¿qué tanto uso de cannabis es demasiado? La Dra. Volkow señala que no está claro si los efectos del cannabis en personas con consumo intenso se aplican igualmente a quienes consumen cannabis de manera mucho más casual.

La segunda es, ¿a qué edad es más perjudicial el consumo de cannabis?

Está relativamente claro que el cannabis tiene efectos negativos en usuarios adolescentes, señalan los investigadores, pero también puede tener efectos negativos en adultos mayores que experimentan cambios en la plasticidad del cerebro y disfunción cognitiva relacionada con la edad, los cuales podrían volverlos más susceptibles a los efectos tóxicos de la droga.

"Los médicos están en una posición clave para ayudar a evitar el trastorno por consumo de cannabis", dijo la Dra. Volkow. "Esto exigirá que evalúen el consumo de cannabis por adolescentes y adultos jóvenes y que intervengan para evitar su consumo adicional", añadió.

En los casos en los cuales el adolescente o la persona joven ya sufre el trastorno, los médicos deben adaptar sus intervenciones tomando en cuenta la gravedad del trastorno y la presentación de alteraciones concomitantes, como ansiedad o depresión.

"La ciencia nos ha demostrado que la marihuana no es una droga benigna. La morbilidad y la mortalidad inherentes a las drogas legales son mucho mayores que las de las drogas ilegales, no porque las drogas sean más peligrosas, sino porque su estado legal las vuelve más accesibles y un mayor porcentaje de la población está expuesta a ellas con regularidad", dijo.

"El movimiento de 'normalización' actual ejerce presión y hace caso omiso de la evidencia de las consecuencias negativas de la marihuana para la salud, y este perjuicio posiblemente minará nuestros esfuerzos de prevención al disminuir la percepción del daño y al incrementar el consumo en personas jóvenes, que es la población más vulnerable a los efectos nocivos del consumo habitual de marihuana".

Factor que contribuye a las enfermedades mentales

En sus comentarios a Medscape Medical News sobre el artículo, el Dr. Oliver Howes, PhD, Instituto de Psiquiatría, King's College London, Reino Unido, dijo que aprueba la postura de NIDA sobre el empleo del cannabis.

"Estoy de acuerdo en que existen problemas potenciales en torno al empleo de cannabis, sobre todo si se comienza a una edad temprana en la adolescencia", dijo el Dr. Howes.

"El consumo temprano al parecer es lo que incrementa el riesgo de psicosis en concreto, pero también parece asociarse a más efectos intensos en general, y ciertamente hemos visto los efectos del consumo temprano de cannabis a largo plazo sobre los sistemas de dopamina del cerebro, que están vinculados a los efectos sobre la motivación, o más bien la falta de motivación, que se suele observar en los individuos con consumo intenso de cannabis", añadió.

El Dr. Howes también comparte el punto de vista de NIDA de que hay mucho que se desconoce en torno a los efectos a largo plazo de la utilización de cannabis, sobre todo su consumo intenso.

También señaló que "como médico, suelo atender a adultos jóvenes que comenzaron a utilizar cannabis a los 12, 13 y 14 años de edad y que han acudido a mi consulta a una edad adulta temprana con problemas de salud mental.

"Y efectivamente, creo que el consumo temprano de cannabis contribuye a los problemas de salud mental que vemos más adelante".

Los autores y el Dr. Howes han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

Referencias

1.     JAMA Psychiatry. 2016;73:292-297.  Resumen

 

 

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